Chile festeja un ocasional amor patriótico en medio del caos

Chilenos detienen toda riña política e ideológica para poder disfrutar de buenas comidas, un buen ritmo y aplausos hacia su patria querida, al menos por unos instantes en busca de menos preocupaciones. Fondas y fiestas coloridas que pueden lucir opacas en el ocaso.

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Todo lugar es adornado festivamente, incluso parroquias como la de San Lázaro.

Y se alza la bandera en lo más alto, lo cual es de carácter obligatorio de acuerdo con la Ley 20.537.

Toda locación es adornada con mucha ímpetu para celebrar a Chile, incluso en medio de polémicas discusiones políticas.

O Incluso con todas las grietas presentes a lo largo de su historia, como las que abundan en el barrio "Concha y Toro".

Con tantas manchas que apenas se pueden reconocer nombres en la historia. 

Puertas que parecen marcar un camino pero que solo están pintadas.

Aún con ello, es buen tiempo para tomarse un respiro y disfrutar en las fondas, que al final del día parecen contener un colorido vacío.

Volantines pintorescos que no siempre tienen el suficiente vuelo para mantenerse en el aire.

Y aquellos que vuelan no siempre tienen los mejores destinos, esperanzas que no llegan a buen puerto.

Incluso en las sombras, puede existir una brillante luz de esperanza que alza el vuelo de los chilenos y los aleja brevemente de la apatía.